jueves, 31 de octubre de 2013

Una mirada crítica sobre la ideología de los textos teatrales para niños

Resumen del texto de Isabel Tejerina Lobo "Una mirada crítica sobre la ideología de los textos teatrales para niños".


Tanto el teatro como la poesía se encuentran lejos del auge de la narrativa dedicada a los niños. La literatura dramática infantil es el género menos cultivado en nuestra lengua, y las obras con cierta calidad en el género son escasas, sin olvidar la deficiente comercialización de las publicaciones. Aún siendo el repertorio escaso, sobran en él textos con escaso atractivo para los niños, que responden sobre todo a una mentalidad tradicional y obsoleta. A continuación comentaremos algunos rasgos y aspectos reiterados de esta mentalidad, casi omnipresente en el contenido de estos textos.

Una de las notas frecuentes en estas piezas es el maniqueísmo. Siempre se divide a los personajes en “buenos” (que siempre ganan) y “malos” (que siempre pierden), sin tener en cuenta circunstancias particulares.

Siempre se dibuja el modelo de un niño ejemplar, alegre, puro y sincero. Esta es una visión irreal que se tiene desde siempre, empeñada en que el niño encarna unos valores que niegan una parte sustancial de su personalidad. Ni son seres angelicales ni perversos diablillos.

Son también numerosas las obras en las que aparecen referencias a la religión católica en exclusiva (en nuestro país). Aparecen creencias, valores y se utilizan motivos religiosos de carácter ritual y simbólico. La vida de Jesucristo (sobre todo su nacimiento), es una fuente de inspiración constante.

Buena parte de las obras escritas para la infancia pertenecen a un teatro que podemos considerar como esencialmente pedagógico. Su intención es, sobre todo, transmitir enseñanzas y el condicionamiento ideológico. Esto se traduce en las conocidas moralejas presentes en dichos escritos. El teatro infantil benaventino (entre 1907 y 1934) nos sirve como primer ejemplo claro. Predica valores como la gratitud, el amor, la bondad y el valor del esfuerzo y el trabajo.

Otros autores modernos insisten en esta vía aleccionadora, con un abanico de mensajes de un pensamiento tradicional y conservador, entre los que destacan la belleza física, la valentía, la sumisión de la mujer al hombre, protagonista del relato (discriminación sexista), la visión moralista del trabajo, la bondad, la rectitud y el castigo para el malvado.

A pesar de esto, hay enseñanzas en torno a valores más actuales, como el diálogo, la tolerancia, la amistad y el respeto.


Por todo esto, se hace una llamada a la creación de nuevas y buenas historias que nos saquen de la monotonía y el tedio habituales presentes en estos relatos.

El artículo original se encuentra en el siguiente enlace.

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